me he preguntado

Cómo iba a soportar tanta belleza, cómo iba a dejar que los pájaros continuaran volando sin reprenderles esa actitud, cómo podría entender que la salvedad de la naturaleza radicaba alrededor de un cuerpo y unos colores, cómo iba a aceptar que ese hombre que camina ahora por la acera no tuviera una historia que contar, cómo podría manifestar, de manera firme y autoritaria, que encuentro el mundo más apagado que de costumbre, y sin embargo no soy capaz de soportar toda esta luz, cómo podría dar a entender que la vida es una sucesión experimental de hechos poco significativos en la cual de vez en cuando, y sólo de vez en cuando, ocurren otras cosas, cómo podría conseguir todo esto, cómo podría sacudir de una vez la cabeza y refundar los recuerdos que quieren manifestarse de maneras tan atroces, cómo iba a sentir tan indómita la nostalgia, cómo podría agraciar a los visionarios, cómo podría alegrar a los muertos, cómo podría encontrar una manera de no morir, cómo podría encontrar una manera de evitar las muertes, cómo iba a sobrevivir, cómo iba a dejar de preguntarme, cómo iba a soportar tanta belleza sin romper a llorar.

Cómo podría ordenar todo esto.

la hora del peligro

de villasevil a boo

hay un coche sucio y marrón

que conducimos con cuidado

y el acantilado nos chilla

que una mala caída

aquí

podría ser mortal

y tú pintas

qué pintas

qué te pintas qué me pintas

una mancha de tinta

te estorba

y tienes otro manchurrón en la boca

¿qué viene después?

¿la hora del peligro?

¿peligro para nosotros

o

peligro por nosotros?

adiós gracias nos vemos en otro sitio

los sitios que quedan por descubrir

antes que los que quedan por enseñarnos

.-

vamos a tener problemas

problemas gordos

cuando empiece a nevar

y nosotros aquí riendo

que la vida no es reír

no para de decirnos la gente

que la vida es tener miedo

miedo a salir, miedo a reír,

reír con miedo y la catástrofe

qué grande va a ser,

qué grande vas a ser

en la gran catástrofe y nevando,

qué grande vas a ser

y con qué admiración te voy a mirar

con miedo

y desde lejos.

automatic ilustration

hay patos en el río

mira: hay patos en el río, siempre vienen a la misma hora y me pregunto si tendrán despertador porque hay que joderse lo que cuesta madrugar. me pregunto también qué será de estas hojas verdes cuando llegue el otoño, cómo el color cambiará la actitud de la ciudad. dicen que todo es cuestión de actitud; bien, pues la mía es firme, me he sentado en el césped que AHORA es verde y húmedo y, bien, estoy observando los patos y la visera de la gorra me salva un poco del sol, pero reconozco que no es buena idea una gorra de pana negra en verano. pero la actitud es correcta, ¿verdad? que el mundo es muy grande y ya veremos qué ocurre mañana o dentro de una hora, pero mientras tanto, venga, mientras tanto estás en el césped verde y húmedo que es verde y húmedo AHORA y luego no sabemos. y el cielo es azul. puede que eso siga siendo así más tiempo, pero tampoco vamos a pecar de videntes. nadie puede saber qué va a ocurrir, y saber que nadie puede saber que va a ocurrir me está empezando a poner contento cada vez más. y hacía mucho tiempo.

hay patos en el río

¿ves los patos en el río? esta ciudad tiene algo todavía, pero deja por ahora la ciudad y céntrate en los patos, que van a volar pronto, y a lo mejor entonces este lugar se convertirá en el final de una larga/corta e intensa/tranquila historia, un final con patos y con lágrimas de pato.

en tres actos

cuando todo está ardiendo, cuando la madera ennegrece y la pintura se derrite, cuando las tejas caen, haciéndose añicos, en el jardín, cuando los cristales revientan, es entonces el momento en el cual uno se descubre a sí mismo. dejándose escapar con la mina de un lápiz. la pintura derretida me hace pensar unas veces en ti, y digo ‘ti’ y no ‘ella’, pero no es que esto se lo esté escribiendo a ella, o a ti, es tan sólo que me siento escuchado. a veces, sentirse escuchado es una sensación que entra por los ojos. me gustaría haberla/te conocido en alguna ocasión mejor, pero no me gustaría no haberla/te conocido, así que me conformo. y no es que me conforme con poco sino que t/sus ojos son intolerablemente cotidianos, y debería enfadarme. es igual.

volvamos a la casa ardiendo, y volvamos a también a que sea yo la primera y la segunda persona, que alguien se me ha colado antes. la de construcción dice que queda media hora y por un momento al volver a mirar la hoja, la casita bifamiliar de los Alpes con acristalamiento de cuelo a techo ha dejado de arder, pero por poco tiempo: estoy seguro de que no han pensado en fuego [fuego->pintura->derretida, no te distraigas]. no debería estar haciendo esto pero la quinta pregunta la voy a dejar a medias porque no tengo mucha idea y no doy más de mí, muy lejos he llegado. no debería hacer esto y tampoco pasarlo a máquina en algún momento de esta noche, pero hay veces en las que necesito parar, en las que tengo que parar, HAYQUEPARAR, este dolor de cabeza me va a matar (no hagas muchas bromas tampoco).

debe de quedar ya poco. me pregunto por qué no me levanto, entrego y me voy, y me respondo que porque me gusta escribir, pero vuelvo a preguntarme: si no estuviera haciendo esto, ¿me levantaría y me iría? quizás la cotidianidad, mi puta cotidianidad me haga enfrentarme a ella con más cobardía. quizás algo que me produce tanta comodidad sea también mi punto flaco. ¿de qué estoy hablando? hacer un examen no es algo cotidiano. te duele la cabeza, eso es lo que te pasa. te queda una noche de trabajo, una última noche y puedes salvarlo todo de la mediocridad. ¿te importa eso? ¿piensas que la mediocridad está infravalorada? ¿has confundido toda tu vida lo cotidiano y lo mediocre? ¿qué eres tú? venga. levántate y vete. esto no es cotidiano y tú no estás cómodo.

gijón

es una ciudad triste
el hombre camina en la lluvia
la lluvia no se ve y tampoco el mar
¿dónde está la gente viva?
el hombre camina en la lluvia
al paso lento de la soledad y el silencio
el hombre camina al paso lento
y se repite una y otra vez:
es una ciudad triste, es un recuerdo
el hombre camina en la lluvia
y diferencia el color del cielo
del color miedo al mar
el hombre camina y deja de llover
es una ciudad triste
triste de qué alegría volver
qué alegría esperar
qué alegría saber que te has dejado
muchas cosas detrás
es una ciudad triste,
es un recuerdo
una y otra vez se repite:
es un recuerdo, es un recuerdo,
es un recuerdo

y

un brazo y medio,
las manos, algunos dedos,
la mitad de la cara,
imágenes invasivas
del otro mundo del que hablas.

viajas,
mientras duermes,
sueñas películas de fotografía
sucias y granuladas.

ahora lo que veo de ti
son imágenes de otros mundos,
versiones de ti algo distorsionadas
que puedo examinar sin cobardía.

y
por si no sé o no quiero volver
me he llevado conmigo
una puerta entre mundos,
un papel arrugado que encontré
-mientras tú cuerpo aún está quieto en este lado
y tú alma en otro lugar-,
en la mesa de mi salón,
entre manteles, platos usados
y vasos vacíos